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30 A脩OS DE ESPAI

Guinovart

Ya entrados los años setenta o a principios de los ochenta, por razones familiares y de amistad, recuperé el contacto con Agramunt, después de mucho tiempo (el amigo Farreny tiene una parte importante en este regreso). Entonces fui descubriendo las fuentes, el origen de ciertas estructuras de mi lenguaje; obsesiones, materiales como la tierra, la paja, el grano. Puedo explicarlo mejor: la identificación con las geografías y los entornos áridos. El gran impacto de los viajes a Marruecos, Argelia, también Egipto, México, culturas muy distintas de la nuestra, antes de mi regreso a Agramunt. 

Estuve en Agramunt en los años 37-38, en plena Guerra Civil. El primer bombardeo de la población determinó la huida hacia el campo, donde vivimos muy juntos abuelo, madre, primos, tías, hermanos, en una cabaña. Eso obligaba a establecer una relación directa con la naturaleza, así como con los elementos, objetos, aperos, animales. Íbamos casi siempre descalzos y podría decir que percibí el mundo sensual antes por los pies que por las manos. 

Se obtenía la luz con aceite de oliva, cera, velas. Las noches de verano dormíamos en la era, cerca de los animales, del estiércol, de la paja, del barro, de los conejos, de los huevos, los gallos y las cluecas, los gritos del cerdo que presiente la muerte, el culo al aire cagando con la complicidad de las piedras, los pies descalzos caminando con técnica rasante para no pincharte con el rastrojo. 

Todas esas vivencias son de cuando tenía 9-10 años. Pienso que cualquier personalidad es muy compleja y, por tanto, es difícil racionalizar sus impactos, emociones, los traumas infantiles, y más difícil aún hacer un autorretrato de ello. Pero, aunque el inconsciente quede definido muy pronto, estoy convencido de que una parte de mi trayectoria la ha configurado este pasado, que siempre se transforma en presente. Ese vínculo es pasado, pensamiento presente, concepto de totalización, relación espacio-objeto, acercamiento. 

La posibilidad de este Espacio me proporciona el entusiasmo para hacer coherentes idea y sentimiento. No he prendido hacer un museo, sino una obra que pertenezca a Agramunt, a su entorno, a sus habitantes, a estas tierras y a sus estaciones: simplicidad desde el verde de la primavera a los dorados de las mieses del verano, de los rastrojos del rojo otoño a la gama fría y brumosa del invierno. Agramunt, más Segarra que Urgell. Con el misterio sosegado de la cuenca del Sió. 

JOSEP GUINOVART, 15 de junio del 94 [texto original del primer catálogo de la Fundació Espai Guinovart Agramunt] 

Treinta años más tarde queremos agradecer muy profundamente a todas aquellas personas que lucharon para que este Espacio fuera posible, muy especialmente al entonces alcalde Josep Huguet Herbera, y a todos quienes creísteis en este proyecto. Gracias a vuestra fidelidad hemos conseguido hacer del Espai Guinovart Agramunt todo un referente dentro y fuera de nuestra tierra. 
¡Brindemos, pues, por 30 años más! 

Maria Guinovart Pelauzy 
Presidenta de la Fundación Espai Guinovart